Todos queremos ser felices… ¿verdad? No conozco a nadie
quien diría – “no, yo no quiero más de la vida, estoy bien como estoy”. Pasamos
nuestras vidas persiguiendo la felicidad, incluso en nuestro lenguaje diario
estamos constantemente “buscando la felicidad”; pareciera que la felicidad es algo que hay que
buscar, ganarse, perseguir… En la búsqueda de algo tan abstracto como felicidad
frecuentemente nos olvidamos de vivir y disfrutar el camino.
Primero lo importante para entender es que algo como la
felicidad infinita y constante no existe. Para saber que estamos felices,
tenemos que conocer otros sentimientos: tristeza, miedo, alegría… Si estuviéramos
felices todo el tiempo, después de un rato no lo podríamos disfrutar. Estamos
diseñados para experimentar todo el rango de emociones. Para
disfrutar la vida plenamente necesitamos aceptar todo lo que viene con ella.
Si escoges la vida
feliz aquí y ahora, disfrutaras mas los momentos de felicidad y alegría, en primer lugar te vas
a dar cuenta de ellos, y los momentos bajos y pasajeros no van a
parecer tan malos. También es importante entender que las cosas oscuras, como
tristeza, dolor o enfermedad, forman una
parte de nuestras vidas, a veces los necesitamos para movernos adelante. Si
ignoras las cosas malas, van a regresar pidiendo tu atención.
Entender nuestras necesidades y actuar para satisfacerlas
adecuadamente es importante. Hacerse responsable de nuestras vidas es la clave
para ser más feliz y saludable. Así que
vamos a tomar nuestra vida en las manos, apreciar los momentos buenos y
disfrutarlos y actuar cuando en necesario tomar unas decisiones. El arte de ser
feliz es el arte de vivir la vida en plenitud y con todos sus altos y bajos.
Piensa un poco como llegaste a ser quien eres y después
decide ser la persona que quieres ser. Como padres necesitamos definir
claramente que mama o papa quiero ser para mis hijos, como quiero influenciar
sus vidas. De nosotros y nuestras decisiones depende la clase de inspiración
que les damos a los niños. Mira alrededor, piensa que cosas te están influyendo
de una manera negativa - televisión,
noticias, algunas personas, clima… ¿Qué puedes hacer al respecto? ¿Qué te pone
de mal humor? Obsérvate a ti y tus emociones a lo largo del día, analiza las
influencias que hay en tu vida… las buenas y las malas… La verdad es fácil: si te enfocas en las
cosas negativas, vas a sentirte mal, si te concentras en las positivas y en
soluciones – te sentirás mejor.
Recuerda que las decepciones y fracasos necesitan una buena
planificación. Esto puede confundirnos… yo no planifico mis decepciones, pues
decir – y yo digo “¿realmente?”
Cuantas veces pensamos: esto va a terminar mal, no puedo
hacerlo, el no va a lograrlo, esta idea as pésima, en que estaba pensando…. Con
estos pensamientos en la mente no tenemos otra opción que sentirnos mal. Cuando
te das cuenta que estás diciendo o pensando algo negativo pregúntate: “¿Qué quiero
pensar en vez de esto?” Apaga tus voces malas y prende las buenas. “Es fácil
decir”… si, la práctica no es tan rosada, normalmente necesitamos ayuda, unos
buenos talleres, cursos, un coach que nos mantiene motivados y nos ofrece las
herramientas para vivir la vida que queremos…
Según “El secreto para ser feliz” de Garner Thomson hay
cuatro condiciones de la felicidad: Responsabilidad que significa dejar de ser
un observador pasivo de tu vida, tienes que ser tu propio agente del cambio;
Proactividad es ser una persona orientada a la acción – tú decides que es lo
que quieres y actúas para llegar allá; Agudeza Sensorial – prestar tu atención
a tus sentimientos y emociones y al mundo alrededor; y ultimo Adaptabilidad –
lo más importante, la flexibilidad del comportamiento dependiendo de la
situación. Si lo que estás haciendo no te está funcionando – haz otra cosa;)
¿Ahora, tu sabes que para ti es ser feliz, si lo encuentras
sabrás que lo has encontrado?
¿Cuál parte de tu vida actual te está dando satisfacción? ¿Qué
te hace sonreír?
Observa a los niños y como disfrutan sus vidas, aprende de
ellos;)
Disfruta y llena tu vida de bellos momentos.
Vive tus opciones y decisiones, no solamente los chances.