miércoles, 7 de agosto de 2013

¿Por qué decir “Bien hecho” no está bien? - Parte 1

1.      Manipulación – si damos a los niños un refuerzo verbal por comer lindo, o recoger sus juguetes… ¿Quién se beneficia de esto? Los estamos apoyando por nuestra comodidad o para llenar sus necesidades emocionales… y si es así, como podemos hacerlo para cumplir con los dos – apoyar el comportamiento y darles un empujoncito emocional;)
Rheta DeVries, profesor de University of Northern Iowa, lo llama “control azucarada” y es igual a darles un regalo cada vez que hagan algo que nos gusta.
Puede ser efectivo por un tiempo, pero para un trabajo con niños a largo plazo puede tener un efecto opuesto. 
Un enfoque más respetuoso es convertir a los niños en unas personal más conscientes, no solamente alguien cumpliendo con nuestras expectativas. Conversar con los niños sobre “que hace que familia funcione bien” o “como nuestro comportamiento afecta a otras personas” puede tener un gran impacto a la consciencia del niño.
 Un “buen niño” o “bien hecho” puede funcionar con los niños pequeños, ya están ansiosos por nuestra aceptación. En vez de darles unos premios adictivos, buscan otra manera de apoyar buen comportamiento y crear la consciencia de los niños. 
2.     Adictos a los premios
Para aclarar - no cada uso de premios significa una táctica para controlar su comportamiento. Nosotros frecuentemente elogiamos a los niños porque estamos contentos con lo que están haciendo y lo hacemos con todo buen corazón;)
Pero igual vale la pena una mirada de cerca al asunto. A veces, en vez de una buena influencia al auto estima del niño, creamos una dependencia a los premios.
Si decimos mucho “Me gusta como tu….” o “Que bien hiciste …”, los niños se basan en nuestra opinión de o que esta bien y que esta mal, en vez de aprender sus propios criterios. Los lleva a medir su valor por lo que nos complace a nosotros.
Lo puedes notar cuando el niño en vez de responder firme a las preguntas responde con voz más suave y tono de una pregunta (¿uuu, siete?) esperando nuestra aprobación para confirmar su respuesta. Si ven que no estamos contentos con su respuesta – la retira. No quieren enfrontar a las tareas más difíciles y no comparten mucho sus ideas. 
Reasumiendo: mal uso de “bien hecho” puede llevarnos a tener un niño menos seguro, y crear un vicio para obtener nuestra aprobación. Y pueden llevar esta costumbre toda la vida.
3.      “Robando el placer”
Aparte del problema de dependencia, el niño merece disfrutar sus logros, sentirse orgulloso en lo que aprendió e hizo sólito. También merece decidir cuándo quiere sentirse de esta manera. Cuando le decimos “bien hecho” le decimos como debería sentirse. 
En todos modos, hay tiempos cuando nuestra evaluación y opinión es necesaria – especialmente con niños pequeños. Pero una evaluación constante no es necesaria, ni útil para el desarrollo del niño.
Puede ser que no nos damos cuenta, pero un “buen trabajo” es igual al “mal trabajo”. Que sea positivo no importa tanto, porque, de todos modos, es un juicio. Y a  los niños, como a los adultos, no les gusta ser juzgados.
Con mis niños, me gustaría, que ellos mismos sean orgullosos de sus logros. Cuando hacen algo por primera vez o lo hacen mejor que antes, me gusta cuando dices “¡Lo hice! ¡Metí mi segundo gol! ¡Logre armar este rompecabezas sólito!”. Allá, si, le digo lo bien que lo hizo, especifico que fue lo que me gusto, pregunto su opinión… lo discutimos;) Si alguien más me comenta algunos logros de mi hijo, le comento esto también, para que sepa que más gente se está dando cuenta de sus esfuerzos.
Para nosotros, lo más importante es disfrutar lo que están haciendo, dar tu mejor esfuerzo en cada momento y sentirse orgulloso de lo que están logrando por su cuenta.
4.      Perdiendo el interés
“¡Qué bien estas pintando!” puede mantener a los niños pintando mientras estamos viéndolos y comentando lo bien que lo están hacienda. Si los acostumbras a los premios, va a estar dependiente de ellos. Por otro lado, por ejemplo, mi hijo adora dibujar, pero apenas alguien se le acerca y le dice lo bien que está pintando, lo deja y va a hacer otra cosa. Le encanta lo que está haciendo, mientras nadie se mete en su juego;)
Hay muchos estudios que demuestran que una gran cantidad de elogios influye la perdida de interés en dicha acción. Para muchos niños lo importante no es dibujar, leer, pensar o crear algo – lo importante es el premio, sea un helado, chupeta o “¡Buen trabajo!”
Si me pregunten si un premio motiva a los niños – claro, los motiva para recibir el premio;) frecuentemente con el precio de su compromiso a la actividad en si misma. Como sabemos si el niño comparte sus juguetes porque disfruta compartir y jugar con otros, o porque espeta que le digamos “Que lindo estas compartiendo tus cosas, Buen trabajo” o porque si no lo hace, lo regañamos…

 Sigue leyendo en parte 2...

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